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jueves, 17 de marzo de 2016

Las pseudociencias y la "mala práctica médica"

"Suicidio homeopático" Julio 2014
Uno de los artículos más interesantes para reflexionar sobre las pseudociencias y su relación con la práctica médica "convencional" se ha publicado hace unos días. Abel Novoa, presidente de la plataforma No Gracias nos describe en No hay mala homeopatía una hipótesis, fundamentada en unas excelentes referencias, sobre la relación existente entre los fenómenos de la medicalización de la vida y las malas práctica médicas con el incremento del uso de las terapia pseudocientíficas en las sociedades desarrolladas.

La esencia del artículo estaría en que las malas prácticas médicas, es decir, aquellas que se aplican al paciente que no son fruto de buenas evidencias o provocan un consumo de terapias con riesgo asociado, provocan el desencanto de los mismos y la búsqueda de unas terapias "alternativas". Asimismo, la medicalización del "malestar", es decir, la aplicación de terapias farmacológicas para aliviar los problemas de la vida que no son enfermedades manifiestas, generan frustración y desencanto en los pacientes. La práctica médica habitual identifica el malestar como patológico y aplica terapias innecesarias, según el artículo referenciado con citas de Luis Carlos Silva: La investigación biomédica y sus laberintos

Ciertamente, hay muchos elementos en la medicina del siglo XXI que están marcadas por la medicalización de la vida y las terapias que tras años de uso, son fuertemente cuestionadas. El uso de la terapia hormonal sustitutiva en la menopausia, el uso masivo de los antidepresivos en numerosos aspectos de la vida cotidiana según las clasificaciones de la DSM IV y V, el sobreuso de las estatinas en prevención primaria, medicamentos como los COX2 vendidos como panaceas que resultaron de mayor riesgo que beneficio, etc. La medicina, como argumenta Abel y sus referencias es capaz de cuestionarse y rectificar, a veces contracorriente, mientras que las pseudociencias son incapaces de asumir su absurdo y manipulación.

Sin embargo, la relación entre los errores y desviaciones de una práctica médica correcta y bien evaluada en el beneficio/riesgo con el uso y crecimiento social de las pseudociencias no la veo tan clara. Igualmente cuando se asocia la prisa, la deshumanización y la falta de empatía con la medicina y todo lo contrario con las pseudociencias que juegan a la manipulación de la empatía como elemento central de su terapia. La inmensa mayoría de los médicos, creo que en todo el mundo, buscan favorecer al paciente de forma amable y adecuada, incluso en las condiciones de premura y masificación que conllevan los sistemas públicos de salud. Atendiendo 10 pacientes al día y cobrando 80 euros por consulta no hay problemas de ese tipo.

¿Las disfunciones de la medicina son "aceleradores de las terapias alternativas? Creo que no.
Hay pacientes que usan las terapias alternativas diciendo que en la medicina no han encontrado la respuesta adecuada a su problema. Decir eso no quiere decir que hayan sido atendidos de forma inadecuada y que no se les hayan ofrecido las respuestas que la ciencia tenga para ese problema. En muchos casos, es la percepción del paciente de frustración al no alcanzar sus expectativas con las respuestas que la medicina tiene. Enfermedades autoinmunes, tumores de mal pronóstico, patologías psicosomáticas, "malestar de la vida" que genera ansiedad, frustración, insatisfacción son algunos de los problemas que presentan aquellos pacientes que buscan respuesta en las terapias "mágicas". Esta situación tiene más que ver con el sistema de creencias y expectativas de los pacientes que con la realidad de la práctica médica.

El análisis sociológico apunta a que las personas que más usan las terapias alternativas son mujeres de clase media alta/alta con un mayor nivel de educación y medios económicos. Esta gente es precisamente la que más fácilmente adquiere servicios sanitarios de la mayor calidad, tanto a nivel público como privado.
En el trabajo del  OBSERVATORIO DE LAS TERAPIAS NATURALES. Presentación del primer estudio sobre uso y hábitos de consumo de las terapias naturales en España de 2008 se definen las características de un perfil de pensamiento sobre la salud y el consumo de terapias alternativas más cercano a las situaciones propias de las sociedades acomodadas que al de personas maltratadas por un sistema sanitario que no las comprende. Asimismo, denotan un grado de incultura científica abrumador, incluso en las capas sociales más privilegiadas y mejor formadas. A pesar de los años transcurridos, ese perfil sigue siendo el mayoritario entre los consumidores de terapias alternativas, agricultura ecológica, etc. 

Como miembro activo de los grupos que llevamos adelante, no una guerra contra nadie: homeopatía u otras actividades pseudocientíficas, sino una lucha contra la desinformación social y la manipulación de la ciencia (la homeopatía usa los argumentos científicos fraudulentamente), creo que la denuncia de la "mala medicina" es un deber y una obligación de los médicos que se comportan con ética y el mejor conocimiento científico en beneficio de los pacientes. Y no es incompatible, sino una obligación, denunciar la "falsa medicina" que se encubre en las pseudociencias. Algo que hasta hace muy poco no hacía casi nadie en el ámbito médico. Antes de la plataforma #NoSinEvidencia no había muchas voces críticas con las terapias pseudocientíficas. Ha habido mucho silencio cómplice en las instituciones, sigue habiendo complicidad sospechosa en "sociedades científicas" como SEMERGEN y mucho titulado médico que ha conseguido claros beneficios con estas prácticas.

Para mí, la "mala medicina" y las pseudociencias, suponen dos problemas en el abordaje de la salud de la población. En resumen, deseamos una buena medicina, evaluada, criticada, analizada, en constante revisión por un lado; y por otro, que no haya ninguna mezcla de las pseudociencias con la medicina. Es imposible modificar los sistemas de creencias de una parte de la población, la diversidad humana lo permite y se debe respetar, pero la denuncia de la manipulación y del uso fraudulento de la ciencia para vender absurdos, se debe realizar.

1 comentario:

  1. No voy a entrar en si los problemas que puede presentar la medicina como ciencia y los problemas de la medicalización de la vida "empujan" a una parte de la población en manos de las pseudociencias, porque yo creo que no es algo tan sencillo como eso y además porque creo que a la mayoría de los amantes de lo magufo no les hacen falta empujones de ningún tipo.

    Supongo que al final se trata de la explotación económica de la empatía. Es muy frustrante salir de consulta pensando que cierta afección que tienes no tiene solución más allá de intentar aprender a vivir con ella, a mí me ha pasado alguna vez. Y claro, es sencillo querer echarse en brazos de quien te ofrece una alternativa sin fundamento una vez que te han convencido con el "¿qué tienes que perder?". A mí no me van a cazar los magufos así, tengo muy claro que si la ciencia no tiene una solución para un problema que sufro, la magia tampoco me lo va a solucionar y además me avergonzaría de mí mismo por haber acabado haciendo lo que critico; pero es cierto que conozco muchos casos que encajan en el perfil de la frustración, y otros que encajan en el otro perfil de "es que en la consulta del homeópata siempre son muy amables y se toman su tiempo". Mucha gente va al médico a que la escuchen, y eso es un asunto que hay que tratar aparte.

    Justificar el uso de magufoterapias porque "la medicina no lo cura todo" es un autoengaño. La medicina no lo cura todo, es cierto. Las magufadas no curan NADA. Si crees que un médico te ha ignorado, o tratado mal, o te ha despachado sin solucionarte un problema que estás convencido de tener, la solución no es ir corriendo a por gotitas de agua mágica, flores de Bach y complementos dietéticos en forma de pastillita milagrosa: pide una segunda opinión a otro médico, confía en las pruebas diagnósticas y una vez agotada la vía científica, aprende a vivir con ese problema que no tiene aparentemente solución en lugar de recurrir a la magia potagia. Creo yo, aunque suene extremista.

    Bravo por tu labor en todo este problema, Vicente. No sabes cuánto pensé en ti este pasado fin de semana cuando unos conocidos echaban pestes de "los médicos estos que siempre te están mandando pastillas para todo, cuando hay remedios naturales" mientras relataban que con el desayuno se tragaban un comprimido de aceite de onagra, unas pastillas de magnesio, y unas cápsulas de unas hierbas cuyo nombre no conseguí recordar. Son los mismos que hicieron un tratamiento de limpieza a base de comer dos kilos de manzanas al día junto con una cantidad indeterminada de sales de Epson, y me asusta sobremanera la considerable cantidad de gente que conozco que encaja en este perfil...

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