domingo, 14 de febrero de 2016

Trabajar mucho mata más. No trabajar, también

Cartel en el Museo de las Momias de Guanajuato (México)
Trabajar en jornadas de 10 a 12 horas diarias no es nada extraordinario en los tiempos actuales. Por supuesto, la intensidad del trabajo es diferente: sea manual, a la intemperie o en una cómoda oficina. No es lo mismo atender al público en un bar lleno o en las urgencias sanitarias siempre desbordadas. No es lo mismo trabajar por resultados, cada vez más altos y difíciles de conseguir, que creando una obra artística o literaria. No es lo mismo sentirse reconocido en tu trabajo y ser bien remunerado que sentirse explotado, humillado y mal retribuido. No es lo mismo la suma de horas de trabajo seguidas que la jornada partida con una supuesta parada para comer que lo único que hace es retrasar la salida del trabajo. No es lo mismo tener tiempo para estar con tus hijos y tu familia que no verlos y trabajar fines de semana en horarios caóticos y cambiantes. 
De todo ello hay en los trabajos actuales en cualquier lugar del mundo.

En España, la media de horas anuales trabajadas ha bajado hasta situarse en las 1.699, prácticamente en el promedio de los países de la OCDE, pero muy por encima de las 1.362 de Alemania y las 1.489 de Francia. Es decir, trabajamos más y supuestamente nos dicen que producimos menos. Habría que ver en qué sectores y bajo qué criterios. 

¿Y todo esto tiene repercusión? ¿trabajar muchas horas aumenta el riesgo de morir? Si.

El excelente servicio del NICE, Eyes of Evidence nos trae el comentario de la publicación de un metanálisis que encuentra que trabajar de 49 a 54 horas a la semana está asociado a un 27% de incremento de riesgo de sufrir un ictus que los que trabajan 35-40 horas a la semana. Si se trabajan 55 horas o más a la semana el incremento del riesgo de ictus alcanza el 33%. En ese nivel de horas trabajadas (>55 horas/sem) se encontró un incremento del 13% de sufrir un episodio coronario.

Long working hours and risk of coronary heart disease and stroke: a systematic review and meta-analysis of published and unpublished data for 603 838 individuals. Lancet 2015; 386: 1739–46


Trabajar es más saludable que estar en paro, como bien nos demostró, entre otras muchas cosas el The Marmot Review. Unas condiciones laborales dignas generan salud y bienestar social. 
Hubo un tiempo en que estos objetivos eran compartidos por todos, pero la codicia, la competitividad, el incremento del valor especulativo sobre el productivo en la generación de riqueza de una sociedad, entre otros factores, están modificando y pervirtiendo el objetivo global del trabajo para una construir una mejor y más justa sociedad. 
El reparto de las tareas y de las cargas está en la base de nuestra evolución como individuos y como sociedad. El sapiens se erigió como especie dominante en base al aprendizaje de que la cooperación positiva entre los individuos hacía más fácil conseguir un objetivo. 
Actualmente nuestra sociedad está desechando a las personas que le "sobran" para su funcionamiento. Los parados de larga duración y de mayor edad, los jóvenes preparados o no que no acceden a poder independizarse y construir su propia vida con unos ingresos que lo permitan. Las graves y dramáticas diferencias sociales que están aumentando la brecha económica y que  provocan un mayor número de problemas de salud.

Y los que trabajan, en España, cada vez trabajan más por menos. Todo ello pasará factura. 

2 comentarios:

  1. Por motivos que no vienen al caso tu entrada de hoy me parece especialmente de agradecer. Es el típico tema del que estás informado, del que conoces la dolorosa realidad, pero cuando te lo cuenta de una forma tan precisa y tan acertada alguien al que respetas y admiras, pues te conmueve aún más.

    Muy bien condensado, muy bien explicado y muy acertada la advertencia final. Van a caer muchos, van a malvivir muchos, para que unos pocos sigan manteniendo unos privilegios excesivos. Yo viviré peor que mis padres, y aunque no tengo hijos sé que la siguiente generación vivirá un poco peor que yo. Y ojalá sea sólo un poco peor...

    Y eso que teniendo en cuenta la que está cayendo, me considero un privilegiado. Y creemé que la gente que me conoce en profundidad no me envídia en absoluto, y sé que piensan "ojalá que eso no me pase a mí", pero en serio que me considero un privilegiado: vivo en una sociedad que me otorga un montón de privilegios, por mucho que no haya nada garantizado.

    Muchas gracias por esta entrada, realmente soberbia. Me la voy a guardar.

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  2. Muchas gracias por tus palabras Raúl, como siempre tan amables.
    Un fuerte abrazo

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